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Nocturnidad y Alevosía

Preparativos

Las mujeres siempre se quejan de que no prestamos atención a los previos, que vamos al grano. No digo yo que no haya gente así, pero generalizar es tan injusto. También se quejan del post, pero de eso ya hablaremos otro día.

Ocurre a veces que uno sale de marcha con los amigos, a reírse y eso. Pero las cosas se tuercen y acaba uno haciéndole el amor a una desconocida o hasta follándosela, en vez de estar disfrutando con ellos. Menos mal que esto ocurre poco, si no los tíos no saldrían tanto y los bares no serían un negocio tan lucrativo.

Afortunadamente, lo normal no es eso. Lo habitual es disfrutar de la música o de tu combinado favorito mientras comentas la semana con los colegas. Cuando terminas, ya puedes empezar a hablar de las tías que por allí andan. Nada de hablar de sus tetas o culos, más bien de si parecen simpáticas o tienen pinta de cocinar bien, o tratar de adivinar su grupo musical favorito en función de los complementos que adornan su ropa.

Pero no todos somos así. Tengo una amigo que sale a ligar. ¡A ligar en un bar! Yo no entiendo nada, pero cada uno con sus cosas, oye. He oído que hay gente que liga en las bibliotecas, hipermercados, gimnasios y hasta máquinas de café de las oficinas. Sitios raros, sin duda, pero nada tan raro como ligar en un bar. ¡¿A quién se le ocurre?!

Le pregunto cómo es posible que salga cada noche a tratar de follarse a una desconocida en lugar de estar tan tranquilamente con los amigos de charleta. Él me tranquiliza, me dice que no sale a eso, porque a él, lo que de verdad le gusta son los previos, los preparativos. ¡Nada de salir a por una chica y aquí te pillo, aquí te mato! Todo esto a mí me deja mucho más calmado. Mi amigo sale para conseguir que una chica le deje su teléfono y poder por tanto quedar en quedar y así tirarse toda la semana de preparativos, que es lo que le hace gozar.

El otro día estuvo en la costa y en vez de estar con los amigos consiguió el teléfono de una chica del interior, pero de otra ciudad distinta a la suya. Estaba contentísimo. ¿Por qué? Es evidente. Si consigues un teléfono de una chica de tu ciudad puedes preparar durante la semana, como mucho, un restaurante, un sitio de copas con música en directo y poco más. Pero si es de fuera... ¡Bendita providencia! Necesitas buscar hotel, planificar la ruta y compararla con el tren y el avión, hacer itinerarios alternativos. Puedes hasta comprarte una guía de la zona y organizar rutas turísticas... Mi amigo estaba encantado, sólo de pensarlo casi se olvida de despedirse de ella.

El domingo de vuelta a Madrid planificaba cuándo sería el momento óptimo para llamarla, los puntos de la conversación que mantendrían, contestaciones para sus posibles respuestas a las diferentes proposiciones. Al llegar a casa se puso a navegar por la red en busca de hoteles y restaurantes, entró en páginas web de mapas de carreteras y línea aéreas... Estaba tan feliz. El miércoles estaba listo con un plan perfecto y varios alternativos. Estaba preparado para llamar. Y llamó: 

-         ... así que me encantaría invitarte a cenar el viernes. ¿Qué te parece?

-         Verás... Es que tengo una vida un poco complicada. Estoy separada y el fin de semana me toca quedarme con mis dos hijos. -         Entiendo, no te preocupes, lo dejamos para otra semana que puedas...

Algunos dilectos lectores pensarán que mi amigo estaba hundido por esa respuesta. Todos sus planes al traste. Pues no, se equivocan. Aquel “no” significaba que tenía otra semana más para seguir planificando. Inmenso placer. Pero no sólo eso: planificando para cuatro personas. Rápidamente entró en páginas de parques de atracciones, museos al aire libre... Un mundo de oportunidades se abría ante él...

Cuando me contó esto le recomendé inmediatamente que hiciera dos cosas. En primer lugar acudir al médico y en segundo lugar dejar su trabajo y poner una agencia de viajes.

1 comentario

Másdivinaaún -

Cómo se "hace el amor a una desconocida"???