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Nocturnidad y Alevosía

Digitalidad

¿Cómo era la vida antes de los móviles, correos electrónicos y cámaras digitales? ¿A cuántas personas llamábamos desde nuestro fijo al suyo comparado con las llamadas que hacemos desde nuestro móvil al de los demás? ¿Cuántas epístolas manuscribíamos y cuántos correos electrónicos enviamos ahora? ¿Cuántos carretes de dieciséis fotos revelábamos al año en comparación con los CD que llenamos ahora de fotos digitales? En mi caso llamo a muchas más personas desde que tengo móvil, he enviado muchos más correos electrónicos que cartas en mi vida y hago muchas más fotos con mi cámara digital que con la que tenía antes. Pero soy un tío raro, como es bien sabido. Aún así tengo la impresión de que a mucha gente le pasa lo mismo. Antes se leía un periódico, ahora se visitan tres diarios digitales y dos portales en Internet. La gente para buscar casa compraba un periódico especializado y se pateaba barrios enteros. Ahora consultan una par de páginas especializadas en la red. Antes nos levantábamos a cambiar de canal entre los dos posibles, ahora zapeamos entre un centenar de ellos de nuestro operador por cable. No haré demagogia sobre el progreso y la sociedad de la información, de eso ya se ocupan los candidatos, sobretodo ahora que estamos en plena campaña. Lo que me preocupa es que una de las razones, entre otras, de que esto ocurra es que se necesita mucha menos cantidad de energía. Es decir, cuesta mucho menos mandar un email, aunque escribamos con dos dedos, que escribir a mano una carta, ponerle un sello (hay que chuparlo, ¡puag!) y echar el sobre en el buzón, ¡hasta el que hay que ir caminando! Calcúlese, en Kilojulios, la energía que esto consume y compárese con la necesaria para cliclear el botón izquierdo del ratón. Las cosas que cuesta poco conseguir pierden valor (menos los tomates, que suben sin parar, aunque en euros no se note tanto). Procuraré no decir más tonterías de lo habitual, así que no voy a decir que una carta es mucho más valiosa en sí misma que un correo electrónico por el solo hecho de que cueste más enviarla. Sin duda lo valioso es el contenido de la misiva. Lo que me preocupa es que nos pasamos todo el día haciendo cosas que no requieren ningún esfuerzo. Esto debería dejarnos tiempo para pensar en cosas más importantes. El tiempo que ahorro enviando la carta electrónicamente por el hecho de no tener que ir al buzón lo relleno enviando otros veintisiete correos electrónicos de tías en pelota, o un SMS al último casiligue. Y es que pensar es muy cansado, requiere mucha energía y además casi siempre doloroso, sobretodo si llegas a alguna conclusión. Es mucho más cómodo no hacerlo, vivir en estado permanente de encefalograma plano es tan reconfortante, dejándose llevar corriente abajo por el río del estrés que fluye por los valles de la vida ultratecnológica que no hace sino acelerar sus aguas. No encontramos ni un remanso donde detenernos y mirar a nuestro alrededor. De hecho si la corriente se detiene momentáneamente, nos ponemos nerviosos, y preferimos remar para llegar de nuevo a los rápidos antes que detenernos y ver hacia dónde queremos ir. Es tan cansado... Pero no pasa nada, nunca pasa nada, yo tengo el control. Alguien con estudios superiores, trabajo fijo con gran proyección, dominio de los ordenadores, móviles, agendas electrónicas y todo tipo de aparatejos de esa calaña, que se mantiene informado con cinco periódicos digitales (dos especializados en economía), al día en música porque tiene todos los mp3 de moda, así como cinéfilo de estrenos que se baja de la red no tiene tiempo de andar con esas cosas…

3 comentarios

Pelao -

Hoy sientiendolo mucho tu blog ha pasado a un segundo plano.Por desgracia yo trabajo en Sta Eugenia y esto sigue siendo un caos.A parte de que faltan dos bombas por encontrar

Esstupenda -

Todo lo que dices es cierto, pero no debemos despreciar lo que de solidario y libertario tiene este mundo digital.
Hoy estamos bloqueando internet con este atentado, buscando información o consuelo.

Marta -

No hay quien te entienda, cuando vivo prescindiendo de la técnica me pones verde por ello, lo tuyo es la queja continua.¿Alguien sabe cómo empezar tú una conversación por el messenger sin esperar a que alguien quiera hablar contigo?