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Nocturnidad y Alevosía

De buen comer

Soy un buen partido. Una de las razones es porque sé cocinar. Las dos anteriores frases entran en el mundo de lo subjetivo. Cada uno que decida sobre la veracidad de las mismas. En mi opinión si la segunda es falsa, lo es menos que la primera. Puesto que su constatación subjetiva sólo puede alcanzarse empíricamente, me permito usarlas cuando tal demostración es improbable que se produzca, incluso yendo más allá, cuando la eventual comprobación de su falsedad sea intrascendente. Ya me entendéis. ¿Es esto mentir? En el ambiguo mundo de las percepciones nada es mentira. Lo que es indudable es que me gusta disfrutar del placer de la gastronomía, me gusta cocinar, lo haga bien o mal, y me gusta comer, lo haya preparado yo mismo o no. Tengo un amigo al que no le gusta comer. Come, dice, porque tiene que hacerlo, pero que es un placer del que no disfruta. No le gusta el hecho de comer, no se complace con los sabores, olores y texturas. Traga y punto. En el extremo opuesto pondría una conversación entre Arzac y Adriá, en la que explicaban que disfrutaban igual con un elaborado plato de alta cocina como con unos huevos fritos o un buen bocadillo.

No es lo mismo comer mucho que comer bien, parece evidente. “A mí no me gusta la verdura, yo no como queso, odio las legumbres, sólo como carnes rojas, odio el pescado”. Opiniones muy respetables. No es mi caso. Me gusta extraer de cada plato lo mejor que tiene, probar cada comida con acompañamientos diferentes, deleitarme con sus múltiples matices. ¿Significa esto que a mí como a esos grandes cocineros nos gusta todo? La respuesta es no. Nos gusta de todo, pero no todo. No es lo mismo tomar unas judías verdes pasadas de cocción que otras en su punto y con unos taquitos de jamón de bellota. Hay que extraerle lo mejor a cada plato. Hay quien sólo se come el solomillo del plato, despreciando la guarnición, porque no como verdura. “¿Pescado?”, “No, no, a mí un entrecot, al punto, pero sin patatas ni verdura”. Siempre carne, carne de gran calidad, pero carne, siempre… Miran tu plato de lubina a la sal, ponen mala cara y siguen comiéndose su sempiterna carne.

Hay a quien le pasa lo mismo con las mujeres. Les gusta un plato, sólo uno. Les da igual la guarnición. No les gusta la verdura, ni el queso, ni las legumbres, ni el pescado. Solomillo, sólo y solo. Tienen un estricto perfil del que no se apartan: ha de medir tanto, ni más baja ni más alta; pesar tanto, ni muy delgadita ni un pelín regordeta; las medidas exactas, cada uno elige las suyas. “Es que esa tiene muy poco pecho…”. “Uy, mucho culo, quita, quita”. Y carita de muñeca buena, con un color de pelo y hasta un tipo de corte. Precisión suiza. Y no les saques de ahí.

¿Dónde dejan los manjares exóticos? ¿Los platos de diseño? Me pregunto qué le ven de malo a una pequeñita peleona o a una alta caballona. Si los ingredientes son buenos, lo de menos es quién saca una cabeza a quién. Lo mismo con el peso, ¿una delgadez contorneada debe ser envidiada por una sensual redondez? Y esos pecho pequeñitos, deliciosos como canapés de diseño, sublime delicatessen, ¿han de envidiar a esos otros cuya gravidez desafía las leyes del universo, amenazando con asfixiarte bajo ellos? Esas curvas alabeadas que entremezclándose dan forma a caderas y traseros, conformando culines, culetes, culos y culazos. ¿Es más placentero llenar apenas la palma de tu mano con un delicado culín o usar las dos para agarrarte con furia a ese tremendo culazo? Las muñecas buenas son bonitas, pero también las malas, las traviesas, golfas, inocentes, tontitas, ambiciosas, distraídas, jóvenes, maduras, virginales, viciosas, pizpiretas, serias, sonrientes, amas, sumisas, nostálgicas, sonrosadas, pálidas… Morenas, rubias, pelirrojas, peliazules, con rizos, pelo liso, corto o largo, rapadas, con mechas. Ufff, cuánta comida por comer… y tú sólo a tu solomillo.

¿Y la guarnición? Minifaldas, faldas de tubo, faldas con vuelo, faldas volando, faldas de traje; vaqueros, mallas, pantalones de campana, de pitillo, piratas; medias o panties, lisos o de rejilla, bragas o tanga, sujetador o corpiño; estiletos con tacones infinitos, botas, playeras, merceditas, sandalias o descalzas; pendientes, pulseras, collares, anillos, piercings en lugares insospechados…

Cada uno con sus gustos, no está bien obligar a nadie a que se coma lo que no le gusta. Lo importante es que los ingredientes sean de calidad y estén bien cocinados.

13 comentarios

Esstupenda -

no, Pelao, mi nick es una ironía solamente, sobre mí desde luego, por eso las ssss, se trata de cachondearme de mí misma.

Pelao -

pero ahora la pregunta que esta en el aire de este blog es:Tu nick hace referncia a tu persona?

Esstupenda -

No he dicho que sea este post el que juzga, he usado un "se juzga" porque creo que es lo frecuente ¿no?

dececeta -

Esstupenda, no se juzga, al menos en este texto, a las mujeres por su exterior. Lo importante es el interior: "...que los ingredientes sean de calidad y estén bien cocinados". Después hay que saber disfrutar de todo lo demás.
Pelao, me encanta lo del vino y el jamón. Lo soltaré por ahí en cuanto pueda.
Marta, come, come, come...

Pelao -

Si lo has pillado y ademas subrayar lo que dices que el banquete no solo dura mientras lo comes si no que hay que hacer la digestion y es ahi cuando aparace la malidita pesadez o acidez de estomago.
Creo, Estupenda que tu me entiendes

Esstupenda -

Tomé el banquete en sentido romano, por aquello del César, ya sabes esas orgías de comida que no terminan nunca...en sexo ese tipo de acontecimientos me dan mucha pereza a estas alturas de mi vida (creo que me dio siempre).
La apariencia efectivamente no lo es todo, el vino no sólo hay que probarlo sino saber si te sienta bien 5 horas más tarde, si te puede seguir acompañando en los postres.
No sé si he pillado la metáfora.

Pelao -

Querida Estupenda creo que has entendido mal mis comentarios.Evidentemente si lees el Diccionario de la Real Academia Española una de las definiciones de banquete es:Comida espléndida. y no solo se refiere a la cantidad que como tu bien dices mata si no a la calidad.
Y ahi es donde estoy de acuerdo contigo y te lo voy a explicar de una forma muy sencilla.En apariencia cualquier jamon o vino puede ser muy apetecible, pero no lo descubres hasta que lo ves por dentro. Ahora solo tienes que cambiar las metaforas a tu gusto pero con cierto orden y sabras a lo que me referia.
Un saludo guapa

Marta -

Hay que comer de to y to lo que se pueda, incluso son sanos unos buenos atracones de vez en cuando.Y siempre,siempre que haya donde poder agarrar, pero bien...

Esstupenda -

Mujeres y comidas se perciben por los sentidos. También los hombres y las comidas.
No estoy de acuerdo con Pelao, a ciertas edades (juzgo por el contexto que no es la adolescencia precisamente) los banquetes matan y sin embargo se aprecian mejor las delicias, lo exótico, lo exquisito, lo único.
Si bien se juzga a las mujeres por lo externo,el culo, el pecho, las curvas...Yo juzgo más a los hombres por la sutileza, la sencillez, la sobriedad, la pasión, el movimiento, el gesto, el roce, el signo, que a veces se manifiesta en sonrisas, ojos, manos, andares, palabras...
Quizá porque a lo mejor estaría muy feo que hablara de tamaños, de redondeces, de medidas, de durezas en el caso de los hombres...¿no?

Pelao -

El mundo de la gastronomia es muy amplio pero a ciertas edades ya uno no se conforma con una simple hamburguesa y unas patatas fritas si no que lo que quiere desgustar es un banquete digno de un Cesar y claro esta cualquier alimento no sirve para dicho banquete.

dececeta -

Alex, la palabra desesperación es muy fea, pero lo es más aún pragmatismo. Que mal suena aplicada a este asunto. Por otro lado, no me siento afortunado, no se es más feliz porque se tengan más opciones, sino por disfrutar de veras las que se tienen. Siguiendo con tus comentarios: nunca me creo nada. Para exigir derechos hay que haberlos registrado previamente, afortunadamente las palabras son de todos y cada uno aprende lo que oye de otros. Finalmente, nunca escribo por encargo, lo cual no significa nada.

Alex -

Unos lo llaman pragmatismo y otros desesperación. No voy a decir qué opinión suscribo yo, pero está claro que para gustos colores y si tu color preferido es el arco iris completo, siéntete afortunado. No tendrás problemas con lo que la vida te depare. En ti está el que te lo creas o no. Por cierto, exijo derechos de autor para las diferentes denominaciones del glúteo femenino. Me sentiría resarcido con un monográfico sobre el tema.

Dadodeseis -

Si es que estás últimamente de un gourmet...pero de todas las maneras estoy totalmente de acuerdo con la idea del "omnívoro". Y no creo que porque nos guste todo seamos peores que aquellos que encasillan sus gustos en un solo plato...semos más sensibles a los pequeños matices de la naturaleza femenina.