Blogia
Nocturnidad y Alevosía

Dudas

Hay ocasiones en que no se tienen claras las cosas. Un conocido que ya no está entre nosotros y del que aprendí muchas cosas decía en una ocasión que siempre hay que actuar sin dudar. Estoy casi de acuerdo. Lo ideal es no tener dudas al tomar una decisión, pero a veces eso es imposible. De hecho me parece raro tomar una decisión sin dudar.

Hay teorías estadísticas muy complejas para predecir resultados entre un abanico de escenarios posibles cada uno con su probabilidad asociada, pero al final siempre queda flotando la duda. También existe un método de aprendizaje, el prueba-error. No sabes cual va a ser el resultado, pero si pruebas y falla, ya sabes que no es ese y pruebas otra cosa. En según que momentos es de mucha utilidad. Si estás escribiendo líneas de código de un nuevo desarrollo de software es muy útil, si estás operando a corazón abierto no tanto. La duda metódica está bien practicarla alguna vez en la vida, pero no se puede ser un indeciso eternamente, hay que salir de este circulo vicioso.

Como uno sufre cuando duda, si veo que alguien está dudando y en mi mano está el poder aclararle un poco pues trato de tenderle mi ayuda. Hay quien piensa que esto es ser buena persona, mientras hay quien opina que es meterse donde no te llaman...

El otro día un amigo me contaba que se topó una noche con una jovencita muy mona. Charlando que te charlarás, resultó que la tal señorita tenía un novio.

- ¿Un novio? ¿Desde cuando tienes a ese novio?
- Tres meses...
- Eso ni es un novio ni ná. Eso es un rollo largo...

Llegados a este punto podrían haber ocurrido dos cosas. Una que la señorita se hubiese mostrado muy segura y por tanto ofendida al insinuar mi amigo que no eran tan novios como ella pretendía. O pasar lo que pasó: en su cara se dibujo la sombra de la duda... Y a mi amigo, como a mí, estas cosas le parten el corazón. Es que no puede ver a nadie atormentado por la duda, así que se dispuso a ayudarla.

Le explicó serenamente y con ejemplos que una buena forma de aclararse sería liarse con otro. Esto podría tener dos resultados posibles que en el fondo son el mismo: darse cuenta de que el presunto novio lo era en realidad o que sólo merecía el nombre de rollo largo. Es decir, el resultado es que lo tendría todo mucho más claro.

Pareció indignarse un poco, pero poco la verdad, en realidad la duda crecía en su interior. Puso excusas peregrinas: le preguntó al chico que opinaría él si su novia le hiciera lo mismo. Él, que lo tenía mucho más claro, le respondió que si su mejor amigo se liaba con su novia y ésta le dejaba por ello, a ella no tenía nada que decirle y a él tendría que darle las gracias por haberle abierto los ojos a ambos.
Ella se resistía a caer bajo el influjo de tales palabras. Estaba con su chico porque quería. Estaba muy segura de ello. O no tanto...

- ¿Nos tomamos un café un día de estos?
- ¡Pero bueno!, ¿Qué iba a decir mi novio?
- Creo que tu novio no tiene que enterarse. De todos modos deberías decidir por ti misma si quieres tomar un café conmigo, y no decidirlo según lo que opine tu novio...
- Pero que morro tienes, jajajá...
- ¿Morro? No sé tú, pero yo hablo en serio. Mira, déjame tu teléfono, te lo piensas esta semana, te llamo y me cuentas.
- Mmmm, bueno, vale...

Algunas preguntas interesantes: ¿Es mi amigo un liante? ¿Sembró la duda en ella, o como Sócrates a sus discípulos le hizo ver lo que tenía dentro? ¿Ella lo tenía claro antes de la charla? Creo que el momento en que se generó la duda es irrelevante. El hecho es que la tiene y sólo hay un modo de disiparla.

Intercambio de SMS:
- ¿Nos tomamos mañana ese café que me prometiste el sábado?
- Mañana creo que después del trabajo tendré un ratito para tomar ese café.

Ahora sí que tenemos una duda: ¿Por qué va ella tomar ese café? Espero que mi amigo nos la disipe cuanto antes...

0 comentarios