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Nocturnidad y Alevosía

Equivocarse

¿No les ha pasado nunca que su madre les llama en ocasiones por el nombre de su hermano o hermana y viceversa? Tan seguro estoy de que sí como de que se han referido a un amigo por el nombre de otro más de una vez. Pasa mucho que estás pensando en una cosa y dices otra. Generalmente no tiene importancia.

Tengo un teléfono en mi mesa de la oficina. A éste me llaman mucho porque es el teléfono de trabajo. Al móvil personal me llaman mucho menos. Creo que está roto, tengo que hablar con mi operadora y que desbloquee la recepción de llamadas, al menos las femeninas. Cuando suena extiendo mi mano derecha, lo cojo y acerco el auricular a mi oreja derecha. Luego hablo de trabajo, algo muy aburrido. Me molesta la gente que habla de trabajo por teléfono media hora cuando con cinco minutos sería suficiente. ¿Por qué prolongar una conversación tan tediosa? Hay muchísimas razones y no me gusta ninguna. En fin, después de la media hora cuelgo. Pasado un tiempo te fijas en el teléfono y ves que el cable está cada día más retorcido. Mira, mira el tuyo. ¿Por qué? Yo no retuerzo mi brazo para hablar, aunque me gustaría retorcer el de algunos interlocutores. No me levanto y hago aspavientos ni doy vueltas alrededor de mi mesa con grandes zancadas mientras hablo de trabajo, como otros. Permanezco sentado con el auricular siempre en la mano derecha. Descolgar, hablar, colgar. Gran misterio. ¿Serán las señoras de la limpieza que cada tarde le dan una pequeña vuelta? No creo, porque entonces tampoco tendría polvo. ¿Qué hace al cable retorcerse?

Un amigo mío sale con dos chicas últimamente (obviaré las siglas de los tres, para más detalles consúltese el artículo anterior). Aún no se ha equivocado de nombre, pero todo llegará. Sin embargo, le pregunta a una qué tal en el trabajo de la otra, o a la segunda cómo pasó el fin de semana en la ciudad natal de la primera. Y no veas cómo se ponen…

No lo entiendo, el chaval se ha equivocado, como una madre con sus hijos, como uno mismo con sus amigos más íntimos. Estás pensando en una cosa y te sale decir otra. Qué mal pensadas son, qué retorcidas. Lo normal es pensar que se habrá confundido y punto, ya está, no tiene mayor importancia. Pero se ponen a pensar que si se la estás dando con otra, que algo raro te pasa, así, sin más, sin razones. Como con el cable del teléfono yo no sé qué les hace ser tan retorcidas…

3 comentarios

Feble -

Es mucho estrés el que han de sobrellevar las madres y los los amantes múltiples, a las madres... ...dicen que les compensa y no se acaba nunca. A los amantes también les compensa hasta que se les acaba. Que no te pase.

dececeta -

Mira que trato de imaginármelo, pero no se quien eres, M. ¿Qué te hace pensar que se acercan las vacas flacas?

M -

¡Ja ja ja ja!: todo era cuestión de tiempo...¡recuerda las vacas gordas porque me da que se acercan las flacas!