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Nocturnidad y Alevosía

Sistemas de información

Hace poco he comenzado un curso sobre Sistemas de Información que promete ser la mar de interesante. Se tocarán temas apasionantes como Wimax, blogs, ERPs, e-commerce y otras lindezas por el estilo que van a cambiar el mundo de aquí a poco. De hecho ya lo están haciendo. La tecnología en sí misma, ya lo saben, me parece fría y aburrida. Son sus aplicaciones y cómo influyen en el comportamiento de la gente lo que me interesa más.

Leía hace poco un artículo muy interesante sobre cómo una aplicación a priori secundaría de los teléfonos móviles se había convertido en una fuente inagotable de negocio. Los que me sigan un poco, si es que queda alguno, sabrán que me refiero a los SMS. Tengo cierta debilidad por este medio de intercambio de información que nos ha dado tantas alegrías como penas.

Los grises ingenieros que idearon el tema no fueron lo bastante visionarios para darse cuenta del impacto que produciría en los adolescentes (tómese esta palabra en sentido amplio, es decir, hasta los treinta y tantos) el acceso a esta tecnología. En este blog pueden encontrarse varios artículos sobre el asunto.

Los mismos grises ingenieros han debido ser los que han inventado el bluetooth. ¡Madre mía! Con la de posibilidades que tiene el asunto y lo capan tecnológicamente. Mal, muy mal. Veamos un ejemplo. Entras a un bar de copas. Activas tu bluetooth. Seleccionas “Buscar dispositivos a tu alcance” (maravilloso eufemismo). ¿No lo han hecho nunca? No me lo creo. Prueben. ¿Y ahora qué? Ahora te gustaría poder comunicarte con ese dispositivo a tu alcance. Imaginen las posibilidades: recibes un mensaje de alguien que está en el bar pero ninguno sabe quien es la otra persona... Pues no puedes mandarle un mensaje, ni un archivo, ni una seña, ni nada... porque para hacerlo has tenido que ponerte de acuerdo previamente. Adiós al morbo. Así no se puede hacer bluetoothing ni nada, ¡coño! Y no me vengan con tonterías de privacidad y cosas así, que eso también tiene una solución tecnológica muy fácil.

No se ciñan a un bar, abrán sus mentes... Museos, supermercados, trenes, iglesias... Un mundo entero por explorar con tu bluetooth... ¡Qué alguien saque de copas a esos ingenieros del bluetooth por Dios!

Desde luego las nuevas tecnologías han cambiado la forma de relacionarnos. No me digan que nunca le han tirado los trastos a nadie por email... O se los han tirado. ¿No? Prueben, prueben... Conozco a uno que consiguió una cita por email, o varias... La gente ya no pide el teléfono: “Mañana miro en mi pda y cuando encuentre un gap te pongo un email y nos tomamos una caña a la hora del brunch” Felicito a los que sólo hayan entendido la palabra “caña”. Desgraciadamente tecnología punta y gilipollez supina suelen venir unidas últimamente.

Claro, que mirando la otra cara de la moneda, también tengo amigos a los que han dejado por email y ¡hasta por SMS! Espero que no les pase. Lo de que les dejen. El medio es lo de menos. ¿O no? ¿Es peor un SMS o un email? Y si es por email, ¿es peor escrito directamente (sin texto enriquecido, dicen) o con un archivo adjunto? ¿Se imaginan que reciben un pdf? El colmo sería un pdf de una carta manuscrita...

¿Es más fácil escribir un email o hacer una llamada o decir las cosas cara a cara? ¿Qué es mejor? Hay opiniones para todo, y cada caso es diferente.

1 comentario

Marta -

Psychokiller...